A raíz de la posible implantación de una gran superficie comercial en el nuevo polígono industrial y la oposición de la Asociación de Comerciantes y Hostelería de Estella-Lizarra, se ha abierto un interesante debate que nos debería hacer reflexionar sobre el tipo de ciudad que queremos.
Es un hecho constatable que se nos ha vendido la idea de que una mayor calidad de vida supone vivir en un unifamiliar o adosado en una urbanización apartada del núcleo urbano; que hay que comprar y consumir, incluso ocio, en una gran superficie comercial, donde personas y familias enteras pasan una tarde o el día entero, para todo lo cual hay que desplazarse en vehículo privado.
Este tipo de sociedad en la que nos hemos involucrado ha creado nuevos problemas ambientales, de movilidad, aparcamiento, etcétera, fruto, según un ex concejal estellés, de la globalización de este siglo XXI.
Asímismo le dice al presidente de la asociación que debe tener imaginación, tarea a mi modo de ver difícil, para mantener el comercio de la ciudad. Compara Estella con Tarrasa, una ciudad industrial de casi 200.000 habitantes. Estella-Lizarra es una ciudad en la que una de sus empresas, BSH electrodoméstícos, está en proceso de desmantelación y en la que este año ha habido más de 200 personas prejubiladas que han perdido poder adquisitivo, no cobran pagas, ni complementos y este mes han salido los previstos el año que viene.
No se si ha tenido en cuenta el señor Ros que la mayoría de los ciudadanos son residentes en la ciudad y en pueblos de la merindad. Creo, señor Ros, que nos dejará espacio para que discrepamos de sus planteamientos. En la radio pública vasca, hay un anuncio del Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno Vasco que dice algo así: “Las ciudades sin comercio son tristes, oscuras, el comercio da vida, alegría a las ciudades. Compra en los comercios de tu barrio o ciudad”. O sea, que hay administraciones que sí apoyan el comercio.
Loli Otaño
Diario de Noticias, jueves 27 de diciembre de 2007. Desde la calle.
jueves, 3 de enero de 2008
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